Hace unos días celebramos el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, y pese a que este año no hemos podido celebrarlo como se merece; Internet, igual que otros años, se ha llenado de buenas intenciones y mensajes de apoyo, alabando nuestra profesionalidad o nuestra simple existencia.
Artículos, mesas redondas, jornadas, imágenes de perfil, filtros en las fotos…; pero quizá sea porque me paso la vida justificándome por ser feminista, o porque tras permitir manifestaciones de todo tipo, a nosotras en España, se nos cuestionó el derecho de manifestación, o puede que sea porque llevo varias semanas escuchando “¿y cuándo es el día del hombre?”, que estos días me sale el cinismo por los poros, y lo único que veo tras ese apoyo son palmaditas en las espalda, cupos cumplidos, y subida de followers, me gustas y views.

Hoy escribo este texto con la firme convicción de que no podemos olvidar nuestra lucha, la de TODAS las mujeres. Aún queda MUCHO por conseguir, y ya que este blog trata sobre videojuegos, creo que es importante destacar algunas de las cosas que aún están pendientes, si queremos una industria y una comunidad mucho más igualitaria e inclusiva.
Lo primero, y más importante, incorporar a más mujeres, y no sólo en comunicación, publicidad y diseño, sino también en los equipos de desarrollo y programación, porque las mujeres programadoras existen. Y para que esto suceda, nos vamos al punto número dos…
Promover más iniciativas que aumenten el número de mujeres en estudios y carreras STEM. Las estudiantes de Ingeniería siguen siendo alrededor del 15% del total en las universidades españolas, y esto tiene que cambiar por dos razones; la primera, para romper con el prejuicio de que las ciencias son “cosa de tíos” y la segunda, para asegurar el futuro profesional de las mujeres en las próximas décadas y conseguir finalmente acabar con la brecha digital que, aún a día de hoy, sigue existiendo.
Probablemente, haya personas que lean esto y piensen “bueno, esto ya se está haciendo”; pero no son suficientes. Para empezar, estos proyectos no se fomentan igual en todas las comunidades (ni siquiera en todos los centros educativos, aunque sean de la misma ciudad); y además, no son iniciativas que se alarguen en el tiempo, sino que suelen durar unas pocas sesiones, por lo que el impacto que generan en las niñas y adolescentes, es cuestionable. Para que un proyecto de este tipo tuviese impacto, debería ser transversal dentro del plan de estudios de cada centro educativo, y eso necesita al menos dos cosas: personal capacitado para ofrecer los contenidos, y por supuesto, financiación.
Y ya que hablamos de incorporar mujeres, no estaría de más integrar a más mujeres en los eSports, ya sea jugando, casteando, o entrenando equipos. Apostando por nuestro talento y nuestras capacidades, ya desde niñas y adolescentes, viendo los eSports como una posible carrera profesional también para ellas.
Hay muchas compañeras que defienden que incrementar el número de mujeres en el diseño y desarrollo de videojuegos, hará que estos sean más diversos, por tanto; empezarán a mostrar otras realidades. Yo no soy tan positiva en este aspecto, ya que, para empezar, los equipos dependen de que la dirección respalde esas decisiones. Además, que seas mujer, no te da el carnet de una ideología determinada, ni la iniciativa para luchar por ella (¿cuántas veces hemos oído de una amiga, compañera, o conocida cosas como “yo no soy feminista”, “a mí no me representáis”, “yo creo en la igualdad, no en el feminismo”, “a los hombres también los maltratan”? Por no hablar de la animadversión, más patente si cabe, este último año, hacia el colectivo trans).
Por ello, creo que el presente y futuro de la industria, pasa por un compromiso y un esfuerzo conjunto para apoyar iniciativas y proyectos más inclusivos, en los que se muestre la diversidad y las distintas realidades de la sociedad en la que vivimos, y aún más importante, que esos títulos lleguen a las grandes consolas. ¿Arriesgado? Puede verse así en un primer momento (sobre todo para cierto tipo de cabezas…), pero no hay nada en estos tiempos que, un diseño y una narrativa interesantes acompañados de una buena campaña de marketing, no puedan solucionar. Si el juego es bueno, y se promociona, se compra, y se juega.
Esta será la manera de conseguir desmontar estereotipos en cuanto al desarrollo de los personajes, la incorporación de muchas más protagonistas con identidades, razas e ideologías diversas, que no sean el reflejo de la personalidad y los roles típicamente masculinos.
Y por último, la Industria del videojuego, y por supuesto la Comunidad Gamer, tienen una asignatura pendiente muy importante; dejar de ser cómplices del acoso y la violencia (a las mujeres). Hemos de acabar con esta lacra, silenciando y no endiosando a todas esas personas que se enriquecen a través de menospreciar, insultar y menoscabar nuestra identidad y profesionalidad con discursos de odio y estrategias de acoso y ciberacoso.
En fin, ya sea el 8 de marzo o cualquiera de los días venideros, nuestra misión principal debe seguir siendo la de luchar por una sociedad, una comunidad y una industria más igualitaria y más inclusiva. Nos encontraremos en el camino con un sinfín de misiones secundarias que requerirán de nuestra atención, pero aún así, no olvidemos que el sexismo, el machismo y el patriarcado son el “final boss” que tenemos que enfrentar.
